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Entrenamiento: cambiando milagros por hábitos sostenibles

La Operación Bikini, la Cuesta de Enero post-Navidad o los días 1 del mes no son más que montañas del sector del fitness. Momentos que ponen de manifiesto la falta de hábitos de actividad física de gran parte de la población. Más de la mitad de la población española no hace ejercicio físico. El entrenamiento es medicina, por lo que esto debería cambiar.

¿De verdad que sólo nos motiva estar bien durante etapas concretas del año? ¿Los demás días no cuentan? ¿En cuánto tiempo crees que puedes conseguir estar sano?

Lo que muchas veces motiva a la gente para empezar a “moverse” son objetivos concretos que vienen condicionados por una fecha de inicio y una de fin. “Quiero estar bien para la boda de mi hermana”. “En verano podré lucir ese bañador que tanto me gusta”. Cuando la gente necesita conseguir metas en plazos de tiempo relativamente cortos aparecen las prisas, y casi de la mano, la búsqueda de sistemas de entrenamiento y planes de alimentación milagrosos.

Y amigos, en el mundo del bienestar físico (y mental) las prisas no suelen ser buenas consejeras. Los mejores aliados en estos casos son los de siempre, esos que todo el mundo abandona y de los que se cansan fácilmente: el esfuerzo, la perseverancia, el sacrificio o la superación. Según Phillippa Lally, se necesitan 66 días para que una acción que necesite mucha fuerza de voluntad se transforme en un hábito.

Un hábito no es más que una acción automatizada y cotidiana. Y sabiendo que no existen, olvidémonos de los milagros. Lo que necesitamos es crear hábitos saludables de vida dentro de las tres esferas que defiende el modelo SANO y su ADN: Actividad física, Descanso y Nutrición. Hoy vamos a hablar del primero de ellos, entrenamiento y actividad física.

Creando el hábito del entrenamiento…

¿Cuántos días puedes cumplir contigo mismo para hacer actividad física? Se realista, pregúntatelo: ¿cuántos días a la semana eres capaz de entrenar? Y ahora, la pregunta que no se hace nadie: ¿cuántas semanas de tu vida podrás mantener esos días de entrenamiento?

El entusiasmo de los comienzos muchas veces nos confunde. Estamos intentando crear hábitos, no se olviden. Y como tal, lo ideal es ir introduciéndolos de manera paulatina, soportable y sostenible. Para una persona que no tiene la actividad física integrada dentro de su vida diaria, comprometerse dos días a la semana y además, no fallar, me parece sobresaliente.

Analicemos en un futuro si esa persona es capaz de añadir un día más de actividad física a la semana. Y si es así, un tercer o cuarto día ya serían “matrículas de honor”.

¿Y cuál es la mejor actividad física para lograr mis objetivos?

Pues bien, eso es algo de lo que debería encargarse tu entrenador. Recuerda, en un pequeño paréntesis, que para mantener un estilo de vida saludable en cuanto a actividad física, no solo vale el entrenar 2-3 días en semana. 2-3 días a la semana corresponden a 2-3 horas aproximadamente de 168 horas del total que tiene la semana. Por tanto, el caminar, el subir las escaleras, el hacer planes deportivos en tu tiempo de ocio o pasear al perro pueden ser pequeños detalles que sumen a la hora de conseguir tu objetivo. Y recuerda que tu objetivo no es “llegar a la boda de tu hermana como a ti te gustaría”, sino la creación de hábitos.

Volviendo al hilo y a la pregunta anterior. La mejor actividad física, siempre es “la que se hace”. Habrá gente que simpatice más con las actividades cardiovasculares, otros que les guste más las actividades deportivas y otros que prefieran las pesas. Es obvio, que cada metodología de entrenamiento va a convenir mejor para una u otra cosa. Pero recuerda que quieres alcanzar el hábito, que son 66 días. Y si de los primeros 15 días, 10 de ellos te aburres, probablemente abandones pronto.

Actualmente, metodologías de entrenamiento como el HIIT (high intensity interval training), están pegando fuerte en el mundo del fitness. Este sistema permite alcanzar resultados en poco tiempo. Pero ojo, como también hemos dicho, la actividad física siempre debería estar prescrita por profesionales, los cuales deben aplicar los principios del entrenamiento y, por supuesto, el sentido común para aplicar en sus clientes uno u otro método (individualización).

Como dijo el Dr. Tom Frieden, “la actividad física es lo más parecido a una droga milagrosa”. El consumirla con mesura y responsabilidad está en nuestras manos.

 

Francisco Izquierdo
Director Técnico de Sano Center

 

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