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Ejercicio físico, clave en el bienestar psicológico

Cuando practicamos ejercicio físico nos sentimos con menos estrés, más relajados, optimistas, seguros de nosotros mismos y, finalmente, más felices. Esto no ocurre porque hayamos amanecido con buen pie o porque el clima sea perfecto para nuestro día de entrenamiento. Se debe a una reacción química que favorece nuestro bienestar psicológico.

Las personas que realizan actividad física de manera regular experimentan una sensación de bienestar psicológico que les anima a repetir la acción y volver al movimiento. Las responsables de este efecto en el cuerpo son una serie de sustancias, hormonas, que recorren el organismo y envían mensajes al cerebro. El ejercicio físico es la principal fuente de secreción de hormonas y estas son las causantes de las principales reacciones positivas del cuerpo cuando se ejercita.

Gracias a las hormonas, no sólo nos sentimos más alegres, tranquilos, alejados del estrés, de la ansiedad e incluso del dolor, sino que el ejercicio nos ayuda sentirnos y a estar más saludables cada día, y estas sustancias son responsables de ello:

Hormonas responsables del bienestar psicológico

  • Endorfinas: Son las más populares y conocidas de todas. Gracias a ellas, después del ejercicio, sentimos felicidad, alegría y hasta euforia. Hacen las veces de un analgésico natural, reduciendo el sentimiento de ansiedad y estrés. La liberación de esta hormona es inmediata tras el ejercicio físico, y después sus efectos se reducen en el organismo. No obstante, el bienestar psicológico y la felicidad que permiten sentir las endorfinas son recordadas por nuestro cuerpo y nos animan a regresar a la actividad.
  • Serotonina: Esta sustancia liberada tras realizar ejercicio físico, especialmente, al aire libre, influye en nuestro estado de ánimo de manera notable. La serotonina se incrementa tras el movimiento y es responsable de una sensación de calma que nos aleja de estados depresivos, y además, afecta positivamente al sueño, ayuda a conociliarlo mejor y regula la ingesta de alimentos evitando excesos.
  • Dopamina: Esta hormona está vinculada a las adicciones, y aunque ser adicto a algo no es nada positivo, esta es la hormona que nos permite experimentar una sensación placentera tras hacer ejercicio. La dopamina crea un vínculo entre el sentimiento de placer y la actividad que nos empuja a continuar con esa actividad. Al tener mejores niveles de dopamina tras el ejercicio físico, reducimos otras fuentes de placer menos saludables, como la ingesta de dulces o de tabaco, por ejemplo.

Ejercicio físico, clave en el bienestar psicológico

  • Disminuye el estrés: Reduce la ansiedad, la depresión y sus efectos, como irritabilidad y mal humor, pues libera la tensión acumulada.
  • Genera motivación: Incrementa la capacidad para saber plantear y afrontar metas desafiantes pero a la vez realistas y alcanzables.
  • Agudiza la mente: Aumenta el flujo de oxígeno al cerebro, mejorando la capacidad de aprendizaje, concentración, memoria y estado de alerta.
  • Aumenta la autoestima: Al mejorar la imagen corporal e ir alcanzando metas, aumenta la confianza en uno mismo y se desarrolla el espíritu de superación en los demás aspectos de la vida.
  • Entretiene: Sirve para distraerse de las preocupaciones, divertirse y brindar un estilo de vida saludable.
  • Aporta tolerancia a la frustración: Aprendemos a no desanimarnos y luchar con constancia e intensidad por lo que de verdad queremos, superando los contratiempos que inevitablemente surgirán.

Las personas activas tienen alrededor de un 40% menos de probabilidades de sufrir síntomas depresivos

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