Tras las vacaciones de Navidad -lo ideal es que hayas seguido con tu rutina de hábitos saludables- toca volver al entrenamiento, pero, ¿cómo debes retomar tu rutina para que tu cuerpo se adapte y responda correctamente?
Después de un tiempo de inactividad, ya sea poco o mucho, al cuerpo le cuesta volver a adaptarse al ritmo de tu entrenamiento. Por eso, no hagas locuras ni te pegues jornadas maratonianas, ya que lo único que conseguirás con esto serán agujetas, lesiones y desmotivación.
Para que esto no os pase, os dejamos una serie de pautas para realizar antes, durante y después de vuestro entrenamiento que os ayudarán a volver a la rutina sin errores. Inclúyelas en tu entrenamiento diario y notarás que tu cuerpo se adapta mucho mejor sin dolores ni fatigas.
- Empieza siempre de manera progresiva. Arranca tu entrenamiento de manera suave y ve incrementando las cargas o nivel de los ejercicios. Poquito a poco y aumentando la intensidad conforme avance tu entrenamiento. Igual con los días que le dediques a las sesiones de entrenamiento.
- No busques excusas: No dejes que te invada la pereza. Parece un tópico, pero debes de ser más fuerte que las excusas que te pongas.
- Inicia tu entrenamiento siempre con un calentamiento realizado de forma ordenada. Debe ser intenso y dirigido a todas las partes del cuerpo. Los músculos, tras los ejercicios de calentamiento, son menos propensos a sufrir lesiones. Siempre es mejor prevenir, que curar.
- Realiza trabajos de movilización articular con el objetivo de preparar el organismo para los posteriores ejercicios. La movilidad articular es esencial para asegurar la completa preparación y recuperación de los tejidos corporales ante el esfuerzo físico.
- Combina ejercicios de fuerza y cardio. Ayuda a eliminar más rápido la grasa, el resultado es 10 veces más efectivo. Asimismo, tu cuerpo se desarrollará al máximo permitiendo que los dos tipos de ejercicio se complementen. Para sacar el máximo beneficio de esta combinación es recomendable empezar con entrenamientos de fuerza y después, los cardiovasculares. La actividad cardiovascular incrementa el proceso de quema de grasa y los ejercicios de fuerza, en cambio, ayudan a “tonificar”.
- Realiza patrones de movimiento básicos. Intenta incluirlos en todos tus entrenamientos:
- Empujes
- Tracciones
- Ejercicios de tren inferior
- Ejercicios de tren superior
- Desplazamientos
- Ejercicios de la zona media o core
- Hidrátate mucho y seguido. Todo el líquido que perdemos en forma de sudor entrenando hay que reponerlo para no sufrir deshidrataciones, molestias, fatigas, calambres… Además, el agua regula la temperatura corporal, lubrica las articulaciones y ayuda a transportar nutrientes, factores claves para la correcta vuelta al entrenamiento.
- Y, por supuesto, acompaña tu entrenamiento con una buena alimentación. Como ya sabes de sobra, la combinación de la actividad física y una buena alimentación es fundamental para que tu vida sea SANA. No es complicado comer de manera saludable y variada. En anteriores post del blog como en este en el que hablamos de snacks saludables o en este con ideas de desayunos sanos te puedes inspirar.
- Entrenar en grupos reducidos te puede aportar la motivación que necesitas para volver a tener una rutina de hábitos saludables. Aumentará tu responsabilidad y compromiso, tus sesiones serán más divertidas y conocerás a gente nueva que quieran conseguir tus mismos objetivos.
Ya tienes las claves para volver a tu rutina sin que suponga un desafío imposible de conseguir. Lo más importante es que lo lleves a cabo diariamente y de manera constante para evitar que los efectos de la vuelta al entrenamiento no sean lo suficientemente pesados como para abandonar a la primera de cambio.
Te esperamos en tu centro Sano más cercano, con estas y más claves, para hacer de la vuelta una misión más que posible. Sólo necesitas la motivación que nuestros entrenadores te darán y fijarte objetivos por conseguir. ¡A tope!
Deja una respuesta