La práctica de ejercicio físico de manera regular tiene muchos beneficios para la salud, en particular, afecta positivamente al sistema inmunitario. Ya hemos hablado en muchas ocasiones cómo de necesario es tener una vida activa y con hábitos saludables para que nuestro bienestar diario sea mucho mayor.
El ejercicio moderado, y siempre guiado por un profesional, mejora el funcionamiento del sistema inmunitario y, en consecuencia, te hará estar más fuerte ante posibles infecciones o enfermedades. Es importante señalar que las personas sedentarias tienen entre un 20 y un 30% más de probabilidades de fallecer en edad temprana que las activas.
La actividad física ejerce una acción directa sobre el sistema inmune, favoreciendo su capacidad defensiva al inducir un aumento de la producción de células inmunocompetentes y de su movilidad por el torrente sanguíneo. Cuando contamos con unos hábitos de entrenamiento regulares, nuestra condición física mejora y nuestra fuerza se incrementa. Cada vez más, la ciencia respalda la fuerza como un potente marcador para la salud, ya que contar con niveles de fuerza bajos puede estar asociado a un mayor riesgo de enfermedad y mortalidad.
¿Qué otros elementos ayudan?
El ADN de Sano es la base de un sistema inmunitario fuerte. La actividad física, un buen descanso y una nutrición saludable y equilibrada son los principios de una vida sana.
No podemos permitir que se rompa la cadena entre estos tres conceptos, ya que hará que todo nuestro esfuerzo por conseguir nuestros objetivos se tambalee. No descansar correctamente, abusar de sobre esfuerzos y excederse con alimentos ‘poco recomendables’ hará que nuestras defensas fallen y nuestra salud y energía se debiliten.
En Sano somos prescriptores de vida saludable y hábitos que mejoren nuestro bienestar integral. Apostamos por la actividad, luchamos contra el sedentarismo. Te escuchamos y te aconsejamos lo que mejor se adapte a ti, para que comiences a construir tu nueva vida SANA.
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