Se puede llamar de muchas maneras: pereza, ociosidad, inactividad…Pero sea lo que sea, el resultado siempre es el mismo: estancamiento a la hora de realizar las tareas pendientes y la incapacidad de vencerlo.
¿Quieres vencer la pereza? No podemos convertirla en nuestro modo de vida, ya que esto puede tener consecuencias en nuestra rutina.
Tras la vuelta a la rutina, es normal que la pereza aparezca: volver de las vacaciones, comenzar la rutina. En definitiva, empezar el nuevo curso.
Vencer la pereza es más fácil de lo que parece, sólo tienes que poner en práctica algunos consejos que te damos a continuación. ¡Continúa leyendo!
- Analiza tu entorno, ¿hay más perezosos a tu alrededor? En ocasiones, nuestros amigos, compañeros de trabajo o incluso la familia pueden proyectarnos desánimo a la hora de hacer una tarea.
- Identifica el motivo que está provocando la pereza. ¿Qué es lo que te está impidiendo realizar tus obligaciones? Haz este proceso de análisis para saber qué es lo que está provocando la pereza.
- Es obvio que si queremos hacer algo, hay que empezar a hacerlo. Pensar en hacerlo no vale, tenemos que llevarlo a cabo.
- Haz un listado con todas las tareas pendientes y comencemos por orden. Te recomendamos comenzar ejecutando las tareas más sencillas. Si tienes tareas de gran envergadura, divídelas en subtareas para ir poco a poco.
- Visualiza los beneficios de una tarea realizada. Igual alguna tarea no te motiva lo suficiente porque supone un gran esfuerzo. Para motivarte, piensa en lo que pasará cuando esté hecho. ¡Esto te llenará de energía!
- Elimina las distracciones de tu alrededor. Normalmente, las distracciones son una de las fuentes de la pereza y una de las principales razones por las que aplazamos las tareas. Por eso, cuando empieces una trabajo, céntrate en él hasta terminarlo.
- Piensa en positivo. La confianza en uno mismo es fundamental para saber que podemos vencer la pereza y motivarnos. Si las ideas negativas empiezan a rondar tu cabeza, rodéate de gente que te aporte positividad y te motive.
Comienza a poner en práctica estos consejos y… ¡deja la pereza a un lado!
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