La piscina y playa, además de ser nuestros mejores aliados para refrescarnos en verano, son lugares en los que podemos entrenar de una manera diferente y divertida. ¡Ponte en forma en la piscina y en la playa!
Dentro del agua, con 20 minutos diarios, es suficiente para realizar un trabajo efectivo en cuanto a la tonificación de los músculos. Además, obtenemos importantes beneficios como:
– Reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares, gracias a la resistencia que ofrece el agua que permite trabajar con toda la musculatura del cuerpo en general. En el agua se mejora la movilidad articular y la amplitud del recorrido articular debido a la ingravidez soportada de la piscina, así como la presión constante y uniforme ejercida por el agua.
– Clave para la salud de la espalda; el ejercicio en el agua supone una descarga extraordinaria de la columna vertebral. Además, se estimulan las vías nerviosas y se reducen los procesos dolorosos y problemas posturales gracias a la flotabilidad, presión y ausencia de estrés gravitacional en articulaciones y músculos.
-Relaja y alivia tensiones, gracias al efecto relajante que provoca la actividad realizada en el agua. El trabajo en este medio produce una relajación que incide en la consecución de un nivel óptimo de equilibrio psicológico. Por tanto, a nivel mental, el entrenamiento acuático también posee beneficios pues mejora el desarrollo psicomotor a través de la coordinación y la armonía de los movimientos, trabajando así la coordinación mente-cuerpo.
¿Necesitas algo más para levantarte de la toalla y entrenar en la playa o piscina?
Aquí te dejamos algunos sencillos, pero efectivos, ejercicios que puedes realizar dentro del agua:
- Andar y correr: Camina de 10 a 20 pasos hacia delante y después hacia atrás, con el agua a la cintura y aumentando la velocidad progresivamente para hacerlo más difícil. Se puede alternar con carreras suaves durante 30 segundos. Con este ejercicio se fortalece la totalidad de la musculatura.
- Tríceps: colócate sentado en el borde con las piernas dentro del agua y las manos apoyadas de modo que queden por debajo del trasero. En esta postura déjate caer para que todo el cuerpo quede sumergido sin despegar las manos. Lo que harás será elevar el cuerpo mediante la acción de los tríceps, que serán los músculos que soportarán toda la tensión del ejercicio.
Importante: realiza el ejercicio dejando los codos doblados hacia atrás.
- Pectoral: Sitúate en una parte que te cubra hasta el cuello y coloca tus pies y brazos totalmente extendidos en cruz con las palmas hacia delante. El ejercicio consiste en cerrar los brazos, sin doblarlos, de modo que lleves a que se junten ambas manos en el centro, justo a la altura del pecho con lo que conseguiremos trabajar los músculos pectorales aprovechando la resistencia que nos presta el agua.
- Saltos: Salta abriendo y cerrando las piernas, con el agua a la altura de la cintura, al mismo tiempo haz el ejercicio con los brazos juntando las manos sobre la cabeza y con los codos extendidos. Realiza saltos durante 2 minutos y aumenta progresivamente el ritmo.
- Patadas laterales: Apoya el costado en la pared sujetándote al bordillo con tu brazo más próximo a él. Realiza elevación de piernas hasta la altura de la cadera y baja. Hazlo durante 2 minutos y cambia de pierna. Céntrate en la colocación y activación de tu cuerpo.
- Abdominales con elevación de piernas: pega la espalda a la pared y apoya los brazos doblados en el bordillo. Mantén las piernas juntas y eleva, sin flexionar las rodillas, a la altura de la cadera, formando un ángulo de 90 grados con respecto al tronco. Aguanta unos entre 3-5 segundos y baja de forma controlada.
- Sentadillas: Durante 2 minutos, realiza las sentadillas que más te gusten: normales, lunges, zancadas, sumo, pistols, con salto… Lo importante es que hagas varias series de distintas variantes.
- Círculos de brazos: Con el agua a la altura del cuello, abre los brazos en cruz, actívalos y realiza, durante un minuto, pequeños círculos hacia delante. Sin descanso, continúa otro minuto cambiando el sentido de los círculos. Descansa y repite un par de series más.
- Burpees: De pie, mirando a la pared de la piscina, apoya las manos en el bordillo y trata de saltar fuera de la piscina de un salto. Trata de hacer el máximo de repeticiones en un minuto. Con este ejercicio ejercitarás los músculos de brazos, hombros y piernas.
- Bicicleta: Con la ayuda de un churro de piscina, envuelve tu cuerpo en él, mueve las piernas y pedalea entre 5 y 10 minutos.
¡Eso sí! Protege tu piel en verano y no comentas locuras. Porque en verano… ¡sí hay entrenar!
Deja una respuesta