El entrenamiento funcional tiene como objetivo principal dar respuestas a las exigencias físicas de las actividades diarias y deportivas, mejorando la transferencia de las capacidades físicas a las demandas del día a día y del deporte (La Scala Teixeira et al., 2017).
Por tanto, este tipo de entrenamiento se basa en ejercicios con movimientos globales que se asemejan a los movimientos que realiza una persona en sus actividades cotidianas (trabajo, tareas domésticas, etc.), así como ejercicios complementarios que contrarrestan las posibles molestias y déficits de fuerza y/o movilidad que tenga la persona debido a posturas y movimientos inadecuados y/o repetitivos. Para ello, se trabajan capacidades como la resistencia aeróbica, la fuerza y resistencia muscular, la velocidad, la potencia, la amplitud de movimiento, la agilidad y la coordinación (La Scala Teixeira et al., 2017). Este tipo de entrenamiento es muy eficaz para la práctica deportiva, ya que nos ayudará a mejorar la fuerza específica del deporte que practiquemos, prevenir lesiones y aumentar el rendimiento.
Por otro lado, es evidente que el número de practicantes de carrera a pie se ha incrementado de forma exponencial en la última década. El Instituto Nacional de Estadística (INE), en su informe anual del año 2017, indicó que un 11% del total de la población que practicó deporte realizó carrera a pie, por lo que se incrementa notablemente el 4,8% que realizó carrera a pie en el año 2008. Esto, se ha visto reflejado también en el incremento de carreras populares que se celebran cada fin de semana por todo el territorio nacional y a las que acuden una gran masa de practicantes (Mut, 2013). El aumento de personas realizan esta práctica y, además, compiten requiere de entrenamientos de mayor calidad, con el objetivo de evitar lesiones y mejorar el rendimiento manteniendo la salud del deportista. Con el entrenamiento funcional buscaremos establecer patrones de movimiento correctos en los ejercicios realizados, lo que nos llevará a mejorar la técnica de carrera y a conseguir una mayor activación de la musculatura estabilizadora (abdominal y lumbar).
Por otra parte, existen varios estudios que corroboran la influencia del entrenamiento de fuerza en la prevención de lesiones en corredores, destacando los ejercicios pliométricos, propioceptivos, excéntricos, de trabajo postural y de estabilidad del tronco como principales medios preventivos (Leetun, Lloyd, Willson, Ballantyne & McClay, 2004; Martínez, 2008; Naclerio, 2008). Esto es importante si tenemos en cuenta que las lesiones son habituales en los corredores a pie, sobre todo en el tendón de Aquiles y en la articulación de la rodilla (Hess, 2010; Lorimer & Hume, 2014; Naba, 2012; Van Gent et al., 2007). Según los estudios realizados, las lesiones en corredores podrían deberse (entre otros factores, como errores en los métodos de entrenamiento, entrenamientos en superficies inadecuadas, el calzado, o la falta de flexibilidad) a la debilidad muscular.
UN MÉTODO MUY EFICAZ
Además de incrementar el volumen de carrera a pie de forma paulatina, es importante implementar entrenamiento de fuerza en corredores (Johnston, Taunton, Lloyd-Smith & McKenzie 2003). Teniendo en cuenta que el entrenamiento funcional tiene como objetivo principal realizar ejercicios con transferencia directa a la práctica deportiva de la persona, así como incidir en aspectos como la estabilización de la columna lumbar, la propiocepción, la coordinación y las contracciones excéntricas (La Scala Teixeira et al., 2017), se trata de un método de entrenamiento más eficaz que el entrenamiento tradicional con máquinas para trabajar la fuerza y prevenir lesiones en corredores. Además, cabe destacar que el entrenamiento de fuerza es eficaz para la mejora de la economía de carrera en corredores de fondo (Balsalobre, Santos & Grivas, 2016), ya que la mejora de la fuerza ayuda a contrarrestar la fatiga producida por el paso de los kilómetros, convirtiéndonos en corredores más eficientes.
Es una realidad que el número de practicantes de carrera a pie se ha incrementado notablemente en los últimos años, lo que requiere de un entrenamiento de mayor calidad que ayude al deportista a mejorar la fuerza, la técnica, evitar lesiones y, por tanto, disfrutar más de este deporte y mejorar el rendimiento. El entrenamiento funcional nos ayudará a conseguir estos objetivos, ya que trabajaremos la fuerza, la resistencia aeróbica y la movilidad con movimientos similares a los que se producen en la carrera a pie.
Autor: Miguel Ángel Manzano, departamento técnico Sano Center
Deja una respuesta