Cómo el ejercicio físico puede ayudarte a disminuir el estrés

Realizar actividad física de manera regular ayuda a reducir el estrés. Cuántas veces a la semana te has repetido: «Vivo demasiado estresad@»; «Tengo ansiedad»; «Necesito desconectar». En muchas ocasiones hacemos caso omiso de estos pensamientos, pero no son más que llamadas de atención de nuestro cuerpo, pidiendo socorro.

La solución, en muchos casos, está en tus manos. Una rutina de ejercicio físico puede paliar todos los efectos negativos que el estrés o la ansiedad puede provocar en tu cuerpo. Te contamos algunos de estas consecuencias:

  • Dolores de cabeza frecuentes
  • Cansancio excesivo
  • Sistema inmune debilitado
  • Aumento de la presión arterial
  • Incremento de la tensión muscular
  • Además de cómo puede reaccionar nuestro cuerpo a nivel externo: acné, irritación, envejecimiento prematuro, etc.

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El movimiento, clave para el bienestar psicológico

Cuando practicamos ejercicio físico nos sentimos más relajados, optimistas, seguros de nosotros mismos y, finalmente, más felices. Esto no ocurre porque hayamos amanecido con buen pie o porque el clima sea perfecto para nuestro día de entrenamiento. Se debe a una reacción química que favorece nuestro bienestar psicológico.

Las personas que realizan actividad física regularmente experimentan una sensación de bienestar psicológico que les anima a repetir la acción y volver al movimiento. Las responsables de este efecto en el cuerpo son una serie de sustancias, hormonas, que recorren el organismo y envían mensajes al cerebro. El ejercicio físico es la principal fuente de secreción de hormonas y estas son las causantes de las principales reacciones positivas del cuerpo cuando se ejercita.

Gracias a estas hormonas, no sólo nos sentimos más alegres, tranquilos, alejados del estrés, de la ansiedad e incluso del dolor, sino que el ejercicio nos ayuda a estar más saludables cada día, y estas sustancias son las responsables:

  • Endorfinas: Gracias a ellas, después del ejercicio, sentimos felicidad, alegría y hasta euforia. Hacen las veces de un analgésico natural, reduciendo el sentimiento de ansiedad y estrés. La liberación de esta hormona es inmediata tras el ejercicio físico, y después sus efectos se reducen en el organismo. No obstante, el bienestar psicológico y la felicidad que permiten sentir las endorfinas son recordadas por nuestro cuerpo y nos animan a regresar a la actividad.
  • Serotonina: Esta sustancia liberada tras realizar ejercicio físico, especialmente, al aire libre, influye en nuestro estado de ánimo de manera muy notable. La serotonina aumenta tras el movimiento y es responsable de una sensación de calma que nos aleja de estados depresivos, y además, afecta positivamente al sueño: nos ayuda a conciliarlo mejor.
  • Dopamina: Esta hormona está vinculada a las adicciones y, aunque ser adicto a algo no es nada positivo, esta es la hormona que nos permite experimentar una sensación placentera tras hacer ejercicio. La dopamina crea un vínculo entre el sentimiento de placer y la actividad que nos empuja a continuar con esa actividad. Al tener mejores niveles de dopamina tras el ejercicio físico, reducimos otras fuentes de placer menos saludables, como la ingesta de dulces o de tabaco, por ejemplo.

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