Dentro de nosotros tenemos en nuestro día a día algo que condiciona nuestros actos, nuestra forma de ser con el resto de personas, nuestros comportamientos, nuestras palabras, y que es el enemigo número uno del cambio, del atrevimiento, de lanzarnos a crear, a conocer gente nueva, o de crear nuestro proyecto de vida. Pensad en un momento de qué estamos hablando. Se trata del MIEDO, exacto. De la incertidumbre al qué pasará, qué dirán, que sucederá. Del conformismo del que dijo la frase si algo va bien, para qué cambiar. Claro que va bien, pero habría que preguntarle ¿podría ir mejor? ¿Ha querido de verdad que vaya mejor y lo ha intentado? Muchas veces esta frase será útilmente aplicable, pero otras puede que nos frene hacia una situación que nos haga más felices.
Lo que tenemos claro es que el miedo es una cualidad intrínseca al ser humano, es algo normal en todos nosotros sentirlo a menudo y en muchas actividades de nuestro día a día, es un mecanismo de defensa que tenemos. Pero paralelamente aparecen innecesariamente otros tipos de miedo, la mayoría no reales, que solamente nos impiden realizar nuestra vida y cumplir nuestros sueños, como puede ser: el miedo al futuro, el miedo a empezar algo nuevo.
La misma sensación que tiene el universitario que finaliza su carrera y accede al mundo laboral, que parece que está en un desierto realizando giros de 360º y sin ver otra cosa que no sea arena y más arena alrededor. O el maratoniano delante de la línea de partida esperando ansiosamente a escuchar el pistoletazo de salida, y el escritor delante de la primera hoja en blanco de su nuevo libro. Por eso el primer paso que debemos dar es admitir dicho miedo y a partir de ahí conocer por qué aparece en nuestra mente para trabajar en cómo acabar con él.
Lo siguiente que podemos realizar es apuntar nuestros principales miedos, comenzar a sacarlos de esa zona de nuestro cuerpo que tan a gusto están y de la que se van a ir despidiendo. Así los haremos más reales, pero no te preocupes, no eres un bicho raro, todos tenemos miedos similares. Problemas de salud, falta de dinero, rechazo, fracaso, no realizar las cosas bien, el éxito, no ser capaces de valernos por uno mismo… El miedo forma parte de nosotros, pero tendremos que tener claro que no nos controla.
Otra valiosa acción que podremos realizar será de rodearnos de personas con experiencia que nos puedan dar útiles consejos sobre la acción que queremos emprender, o el cambio que queremos hacer. Y repito útiles, porque existen ese tipo de persona que al contar en voz alta nuestro fantástico pensamiento, con toda la ilusión del mundo, esperando una aprobación y un apoyo, nos contestan con un ¡Pues vaya! ¡Es una locura! ¡No va a ir bien! O muchas cosas que seguramente os estén llegando a la cabeza. Este tipo de personas son las que están “viviendo felizmente en una burbuja”, pensando en el aquí y ahora, conformándose con el mínimo esfuerzo, metidos en su zona de confort de la que tanto nos cuesta salir.
Esta famosa zona es la que quiere que estemos en la cama durmiendo hasta el fin de los tiempos cuando tenemos varias cosas que solucionar esa misma mañana, o la que hace pongamos todas las excusas del mundo cuando tenemos que salir a entregar el curriculum por toda nuestra ciudad para encontrar un nuevo trabajo. En estas situaciones y muchas otras aparece la famosa pereza, que es la que nos produce la sensación de que a nuestro cuerpo le haya pasado un tractor por encima para evitar a toda costa que nuestro cerebro y cuerpo trabaje. El cerebro pensando, y el cuerpo moviéndose. Y esa es la clave para muchas veces cambiar nuestros hábitos, ser capaces de vencer a la pereza con una actitud positiva y trabajándolo durante las situaciones que se nos planteen diariamente.
El truco para combatir tus miedos al final es lanzarnos. La cantidad de oportunidades que perdemos por no atrevernos. Para afrontar nuestros miedos debemos hacer aquello en lo que realmente creemos, probar, probar y probar hasta conseguir superarlos. Como se dice, unas veces se gana y otras se aprende. Y es que el fracaso es algo que debemos tener como opción, es algo normal en estas situaciones ya sea al crear una nueva empresa o al escribirle a una nueva chica que nos gusta. Atrevámonos al cambio, a realizar ese viaje de nuestros sueños que tanto nos gustaría realizar o a presentarnos delante de los ejecutivos más importantes de la ciudad para ofrecernos a trabajar con ellos. Así no conseguiremos otra cosa que sentirnos bien con nosotros mismos y ser felices, que por intentarlo que no quede.
Como conclusión podemos decir que:
- CREER EN NOSOTROS ES MÁS FUERTE QUE NUESTRO MIEDO.
- SER AGRADECIDO CON LAS OPORTUNIDADES DE NUESTRA VIDA.
- EL MIEDO DESAPARECE CUANDO LO ENFRENTAMOS.
- SI ALGO TE ASUSTA, TIENE EL POTENCIAL DE TRANSFORMARTE.
- ACEPTA EL CAMBIO.
Nuestras vidas no tienen por qué permanecer siempre igual, LAS OPORTUNIDADES MARCAN NUESTRA VIDA, INCLUSO LAS QUE DEJAMOS PASAR.
Joaquín Ortega Moyano
Gerente Sano Granada
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